Carta: Un nombre impropio
Actualizado: 26 jul 2022
No estoy seguro de que mi verga sea tan poderosa, ni qué tú me quieras tanto.
He tenido un sueño extraño: un cuervo muerto colgaba de un gancho sin pared, suspendido en el cielo de la nada, tal como se encuentra en este momento mi vida.
Qué me gusten los hombres, qué tú me gustes tanto, qué esté pasando por uno de los peores momentos económicos, no es suficiente motivo para que insistas en que me haga un puto _porno actor de mierda. Seguro que ha de existir una solución mejor a este problema. Maldita crisis.
El sueño del cuervo es un mal presagio.
Permite que te vuelva a preguntar.
¿Tú lo has pensado bien, cómo puedes amarme y pedirme a la vez que folle con otros, me amas de veras, cómo voy a amarte yo?
No puedo.
¿No me prefieres trabajando sencillamente de cajero, de humilde limpiador?¿ Dónde dejo aparcada la dignidad para mirarte con claridad a esos ojos, a todos los ojos? Tengo demasiados años para aceptar determinadas historias. Me perturban tus iniciativas, y tú, ¿dices que yo soy la mente atormentada?…., empieza a no quedarme sitio en la cabeza para albergar todo tu ruido.
Era inevitable la carcajada, pensé que era una broma. Nos reímos juntos.
La segunda vez que volviste a sugerirlo, te mire de reojo, torcí el gesto,mientras tú, mi querido Amador, sonreías.
¿Sigues sin verlo? Me enamoré de tú nombre.
Yo me llamo Dionisio, un nombre para ofrecer.
Imposible olvidar ese primer encuentro.
No pueden dejar de habitarme tantas vivencias, tantos besos, abrazos y caricias, todo lo que sigo sintiendo como esos dulces instantes, que se confunden en este presente y por momentos se evaporan; y tú, pidiéndome ser un puto follador. Pues vale que la tenga larga, que te recuerde la gloria bendita, que le hables a dios y a todos los santos mientras te amo…, por ahí paso, pero no me jodas, tampoco paso por ser actor porno, ni prota de ninguna peli de medio pelo. ¡Qué bien me has vendido lo de ser protagonista!, permite que me descojone, que me ría y llore al mismo tiempo, las emociones me embargan. No presumes de mi amor, lo sé, ni de lo que te ofrezco, presumes de mi poya. ¿Tú dices que me quieres? Comienzo a sufrir la decepción de saber que no aprecias todo aquello que te he dado.
Amador no ama. Amador, traga y escupe vicio.
No paro de hacerme preguntas que se me atragantan, los cómos, los porqués, y siempre vuelvo a la misma pregunta, ¿cómo he podido sentirme ligado a ti durante este tiempo, qué maldito ser habita en mí para unirme a tipos tan sucios, tan perversos?
Sé que no me quiero lo suficiente, leo libros de autoayuda, y hoy, precisamente hoy, me siento como un auto imbécil, y me cuesta, me está costando como un dolor profundo escribir lo que ahora siento frente a esta pantalla, tecleo y el sonido de cada tecla es un estruendo en mi cabeza, procuro mantener la calma. ¡Ese gusto por estar contigo se ha roto! Quiero que sepas, que estoy siendo todo lo sincero y más, que me permiten los tres vinos y varias noches en vela, pues, has añadido a mi problema económico un dolor que siento no me corresponde sufrir ahora.
Me marcho a pasar unos días con mi madre. Siento que volveré a ser su loca, a bailar pa ella, pa mi gente, a ser la Coco Pique de siempre. Por último, he sabido, que la idea del puto-porno, y lo tecleo muy despacio, lleva tiempo flotando en tú cabeza, que ya lo habías comentado entre amigos, que en el fondo no te convence mi espectáculo. Eso ha dolido más. Sé también que has mostrado en petit comité los dos videos que nos hicimos aquella noche loca de verano. Solo pretendes que sea un producto más de tus sucios negocios, si, un producto de tu insaciable y único amor, el dinero.
Ahora todo encaja, mi despido, mi ruina, mi desamor, mi desvelo. Mi adiós es para siempre, voy a dejar de ser tú depresiva alternativa. Amador, tú nombre es impropio.
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